sábado, 16 de mayo de 2009

No a los Rituales Satánicos del Toreo

Afortunadamente, existen muchas protestas, manifestaciones y movimientos de protección a la naturaleza y a los animales que defienden la vida de los animales y protestan contra el toreo.

La mal llamada Fiesta Nacional es un ejercicio abyecto de condenas de ejecución en público de animales sanos y nomales, que los ridiculizan, los marean dando vueltas y vueltas, con pañuelos, mantones, jinetes, etc..., hasta que, descolocados y confusos los pobres seres, son matados sangrientamente sin piedad ninguna ni compasión.

Puesto como una moda hortera entre las clases de la alta sociedad y de los famosos, ha seguido sobreviviendo esta macabra costumbre atávica social de los dichosos ruedos y de los toros.

Como anillo al dedo, a las gradas de las plazas de toros llegaron la beautiful people, la jet-set, los jueces-estrella, políticos profesionales con derecho a tarjeta Visa-Oro a cargo del contribuyente, el famoseo y los figurines de moda, que sonríen a los fotógrafos de las revistas para aumentar sus cachés como la gente más "in".

Y donde se asienta la gente poderosa y pudiente de las clases altas de la sociedad, siempre han paseado también las peores cosas, como la droga, los vicios más diversos, las especulaciones, los pelotazos a mansalva y la corrupción total... ¡Eh, ya ha llegado "la gente gorda", fumando puros enormes al patio de los chanchullos!...

Al igual que en las sombras del submundo del boxeo, las peleas ilegales de personas y de animales, las apuestas, y juegos clandestinos, en torno a todo el mundo del mercadeo del toreo, pululan y pululean también por ahí los mismos extraños personajes, apoderados y demás tipos negociantes, dispuestos a sacar tajada, cual "mafiosos" esbirros del Hampa, apañando los negocios y moviendo el vil capital de un lado para otro, a costa de propiciar la matanza planificada y a sangre fría de unas criaturas inocentes.

¿Se imaginan a Jesucristo, sentado en las gradas, con gafas de sol, fumando un pedazo de puro habano entre una nube de humo, y riendo los puntazos que unos tipos de ridículas vestimentas coloridas están propinando a unos animales que nunca quisieron llegar a semejante circo de la muerte?... Nosotros no nos lo imaginamos.

Fresco cretense del Palacio de Knossos "Salto del toro", datado en torno al año 1500 a.C.

Rémora demoníaca del pasado, el toreo es una tara de costumbre atávica, derivada de los rituales religiosos paganos en muchos lugares del mundo antiguo, como en Creta, y en toda la cultura mediterránea. En la Biblia se habla del culto pagano al becerro, al dios Apis, el famoso becerro de oro en Egipto, que representaba al dios egipcio Osiris; era el culto a un ídolo condenado por Dios en la Biblia.

De aquellos orígenes antiguos paganos sobreviven todavía estos rituales religioso-festivos, presentados ahora como "fiestas de tradición popular", en las que se siguen haciendo satánicos sacrificios de sangre, heredadas de los antiguos pueblos, de religión pagana.

Los toreros se visten muy a menudo con colores rituales del fuego, amarillo y rojo, predominando los elementos dorados y brillantes, que reflejan el brillo del Sol, como sacerdotes paganos sirviendo al dios solar.

Sacrificio Satánico, en donde los oficiantes del acto de la reverencia ritual, portan afiladas dagas de muerte, prohibidas de portar por cualquier persona en cualquier calle o plaza de la vía pública, so pena de ser detenido rápidamente por la policía, y cubren sus cabezas con sombreros negros de cuernos, como de macho cabrío satánico, y voltean una capaza amarilla por un lado y roja del otro, como el color ritual del culto al fuego diabólico y pagano.

Fiesta de los toros, Fiesta de los cuernos, Fiesta del Macho Cabrío, donde los toreros también son y se visten de toros, vestidos con el color del fuego o con elementos brillantes, y en donde se sacrifica ritualmente un bóvido de cuernos, de color negro, por supuesto.

Los toreros usan unos extraños sombreros de color negro, a modo de cornamenta, con dos salientes a ambos lados de su cabeza, haciendo forma de cuernos rituales taurinos, satánicos.

Los fieles congregados agitan con fervor sus paños malditos de muerte; vociferan gritos de riña y placer al compás de la orgía de sangre, con ojos espectantes, y mueven sus pulgares, arriba o abajo, cual Césares imperiales por un día, presidiendo una ignominiosa matanza de cristianos en un circo romano.

El Ritual de la danza de la muerte se desarrolla dentro de una plaza redonda del culto al dios del fuego, de paredes rojas y suelo de tierra amarilla, esto es, la representación del dios Sol, la misma deidad pagana de la religión ancestral practicada en las antiguas culturas de Egipto, Babilonia, mayas, aztecas, etc..., a la cual los sacerdotes paganos de estas culturas les dedicaban sacrificios rituales de sangre..

La Plaza de Toros es una representación religiosa pagana de un Sol, y cuyas arenas claras dan aspecto del color del fuego en un día caluroso de verano. Las paredes del círculo son rojas. Y la estancia ritual es, obviamente, un círculo solar perfecto, para acoger los sacrificios de sangre. Pura simbología y ritualidad satánica.

Y como todo ritual satánico, no exento de sangre, sangre corriendo a raudales, manchando ritualmente la arena encendida del ruedo solar. El sacrificio de sangre ofrecido a la deidad diabólica del fuego, al dios Rha, se ha consumado. Es el arte y la cultura, sí, del Mundo de la muerte del horror y de las Tinieblas.

Las fiestas patronales de los pueblos y las ciudades españolas, dedicadas a sus vírgenes, santos y patrones, que no son sino representaciones demoníacas, terminan con la típica corrida de toros, el ritual de sangre ofrecida en sacrificio, para todas estas deidades dementes del mundo de la oscuridad a quienes van dedicadas estas fiestas paganas del toreo. Y después, pra terminar los jolgorios y las fiestas, las llamadas "peñas" de los pueblos, asan la carne de los toros sacrificados y se lo comen todo, cual caníbales posesos en pleno ritual satánico.

Estos espectáculos sangrientos de toreo se emiten en directo por televisión, normalmente en pleno horario infantil de la tarde, cuando muchos niños se entretienen viendo la televisión. Lo cual debería escandalizar a toda la sociedad y debería mover a que todas las asociaciones de defensa de la Naturaleza, asociaciones de padres de alumnos, de unidad familiar, asociaciones civiles, de protección a la infancia, etc.., denuncien judicialmente estos hechos reprobables, que son ciertos y constatados por todo el mundo.

Ya en las culturas paganas antiguas existían los rituales religiosos de sacrificar bóvidos, cabras, chivos, toros jóvenes, que tuvieran cuernos. A la izquierda, una mujer egipcia de la IV dinastía lleva una cabra para el sacrificio. A la derecha, en Mesopotamia, el Rey Sargón II conduce a un chivo para el sacrificio ritual.

En este Mundo al Revés, en el que vivimos, la Familia Real, el Gobierno y las personas más influyentes de la sociedad son los primeros que ocupan los palcos de honor, y suelen ser aquellas personalidades a las que los toreros precisamente les dedican las orejas, el rabo o los miembros corporales que hayan cortado con demencia a los animales. Y cuando los políticos y miembros de la Familia Real no van a los toros, les dá por ir de caza mayor o menor. Con lo cual, no podemos esperar mucho más de estas personalidades.

Por si todo esto fuera poco, encima tenemos que aguantar que los toreros, forrados con sus galas taurinas, salgan contínuamente en televisión, y protagonizen las portadas de las revistas y de los programas del corazón, como si fueran personas ejemplares en algo para la sociedad.

Las fiestas horribles de "Los toros" no proceden de las políticas de derechas ni del Franquismo, porque en tiempos de la II República, cuando gobernaban las izquierdas, también había corridas de toros, así como anteriormente a esa época, y también durante el siglo XIX, y así anteriormente.

Un último aspecto a tratar, no de menor importancia, es considerar, en estos tiempos de escasez de suelo urbano en las ciudades, la cantidad tan inmensa de suelo urbano que se liberaría al tirar todas estas mastodónticas e inútiles plazas de toros que hay en todas las ciudades y pueblos, y que estropean horrorosamente el paisaje, haciéndolo lúgubre y tétrico, muchas veces encajonadas a presión entre angostas calles.

Esta fotografía retrata este templo de la muerte que es la plaza de toros de la ciudad de Málaga, todo un adefesio arquitectónico, antiestético, antinatural, y mortuorio. El derribo de esta plazuela de mal agüero liberaría una cantidad impresionante de suelo útil para los ciudadanos.

La venta de todos los terrenos liberados de las plazas de toros generaría unas riquezas tales a las arcas públicas que podrían invertirse en la atención a las personas enfermas, a las personas mayores, hospitales, etc... O también se pueden transformar en zonas verdes de vida para que los niños jueguen y paseen los mayores.

¡Esto sí que es demoledor para la "marca España"!...

Quien diga que a una persona, por ser español, le tiene que gustar a la fueza los toros y el flamenco gitano, es que es un pobre idiota ignorante, malintencionado y manipulador. Lo mismo que proferir la sandez de que el toreo es una tradición, pues por ejemplo, históricamente siempre ha habido mucha tradición, en siglos pasados, de penas de muerte, fusilamientos, garrote vil, guillotina, etc... para los ajusticiados, pero hoy en día todo el mundo está de acuerdo en que dicha tradición ejecutadora era una conducta retrógrada, criminal, injusta y contraria al derecho, y que por lo tanto, era necesaria su abolición.

Si en vez de toros se torturase y matase a seres humanos en la arena, muchos de los que dicen ser "aficionados a los toros" asistirían igualmente a las plazas, con sadismo y regocijo, a agitar sus pañuelos, a vocear, a reir, y a aplaudir las faenas de matanzas humanas; incluso saldrían extasiados de disfrutar tanto "arte". Esto ya ocurrió en la Antigua Roma y la Historia así nos lo demuestra.

Pero nadie que esté en sus cabales y en su sano juicio puede calificar como "arte" y "cultura" la tortura y el asesinato, ya sea de un animal o de un ser humano. Solamente un psicópata homicida, un espectador sádico perturbado, o un desequilibrado mental peligroso, pueden aprobar semejante aberración.

Si usted aprueba o admite en algún grado la celebración de las corridas de toros, usted es cómplice moral de asesinato, y por lo tanto culpable.

¡Malditos, malditos y mil veces malditos todos aquellos que tengan algo que ver con el mundo del toreo!...
Porque aquellos que no cuidan la naturaleza y a sus seres inocentes, serán arrancados de vivir en La Tierra. Está escrito en La Biblia.
- ¡La venganza es mía! - así ha dicho Jehová Dios, el Creador de los cielos y de la Tierra.

En conclusión, Dejemos tranquilos a los animales. Invirtamos presupuesto en reforestación y defensa del Medio Ambiente. Y ocupémonos de los problemas reales de la sociedad, la seguridad social, los hospitales, el empleo, la formación, el cuidado de los mayores, la protección y el cuidado de nuestro entorno natural, etc...

En suma, Estemos a favor de la vida, y no de la muerte.


¡Ya hemos conseguido que las televisiones no emitan las corridas de toros por atentar gravemente contra el horario infantil!!...

2 comentarios:

  1. no es de extrañar que todo el mal que esta viviendo este mundo provenga de los EEUU,si todo esto es cierto... apañados estamos

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  2. Estoy de acuerdo: Stop Bull fighting in all the world!!!
    Es terrible q esta atrocidad sea respetada, es un asco y da vergüenza!

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